En 2.015 la Constitución
vigente establece una nueva cita democrática a la que quienes hoy detentan el
poder y quienes cuestionamos su desempeño estamos obligados a asistir.
Ahora bien, quienes adversamos estos
16 años ya de gobierno revolucionario tenemos por primera vez una oportunidad
de oro para tener por primera vez mayoría en la Asamblea Nacional, la popularidad
de Maduro esta en el piso, el país luce paralizado económicamente y la gente no
ve con mucha esperanza el futuro, las encuestas cercanas al gobierno e
independientes asi lo indican y en la cotidianidad de cada cola que padecemos
para comprar cualquier cosa el lamento y las críticas contra este gobierno
abundan.
Es una realidad que el liderazgo
opositor en algunos circuitos presentó diversas alternativas para afrontar este
desastre, cada uno con un discurso diferente y algunas veces hostil hacia su
par, pese que al final es obligante que todos vayamos unidos a la elección
parlamentaria.
¿Por qué no abrir un paréntesis a la
diatriba y avocar nuestros esfuerzos a motivar a todos a las elecciones
parlamentarias? ¿Por qué no darle descanso a la ciudadanía democrática y
apartar del debate las acusaciones u ofensas que desgasta y distrae y dedicar
el esfuerzo a ganar la mayoría en la Asamblea Nacional?
Una mayoría en la Asamblea Nacional
podría sin necesidad de recoger firmas convocar la Asamblea Constituyente,
decretar una amnistía a los presos políticos y modificar las instituciones,
entonces, ¿por qué no asumir esta realidad y trabajar en función de ello?
Cada “líder” tiene sus seguidores y
vocería, es el momento de pensar en el país, recobrar la cordura y elegir a los
mejores que nos representen a la Asamblea Nacional, las ofensas e insultos
desdicen mucho de ello.
Los saltos de talanquera como los de
Ojeda, Sanchez o Nuñez obligan a elegir muy bien, nuestra discusión debería centrarse en recuperar
la separación de poderes, en cómo desde la asamblea contribuiremos a recuperar
el aparato productivo y reducir la escasez, en modificar o promover leyes que
nos den seguridad a nuestras vidas y bienes, en realizar la contraloría
necesaria para garantizar la continuidad y calidad de los servicios públicos,
en suma, en mejorar desde la asamblea nuestra calidad de vida.
Es hora
de asumir seriamente los tiempos y momentos que vivimos, demos un taima a favor
del país democrático.