La Habilitante puede
ser la llave para desmontar los controles que atan la economía y crean escasez
e inflación o para acentuar los controles que nos han traído inflación,
escasez, desempleo y des inversión.
Quien vende, puede
asumir que el precio justo es el que
le proporciona la rentabilidad suficiente para recuperar lo invertido, cubrir
costos de materia prima, mano de obra y operativos, cubrirse ante expectativas
inflacionarias y hacer crecer su empresa.
Quien compra, puede
asumir que el precio justo es hasta
un 30% más del costo del producto sin importar otros costos.
Para el gobierno, el precio justo puede ser aquel donde la diferencia del precio de un
producto respecto al año anterior compagine con sus metas inflacionarias
presupuestadas.
Ahora bien, ¿cómo
legislar respecto al precio justo?
El Impuesto sobre la
renta, grava la ganancia de las empresas, el gobierno debería avocarse a
inspeccionar las declaraciones de renta de las empresas que considera venden “a
precios exagerados” y verificar si la “excesiva” renta que a su parecer obtienen los
comerciantes, se traducen en pagos del impuesto correspondiente a tales
ganancias, auditarlas, ver la incidencia en los costos y en el precio final de
todas las contribuciones para-fiscales creadas estos 15 años, esto, sin obviar
como ha impactado en el costo del producto o servicios el ausentismo y
reposerismo crónico amparado en la inamovilidad laboral permanente que impide a
trabajadores más motivados y productivos acceder al puesto que ocupa un vago,
asi como incluir el costo del cumplimiento de los nuevos y justos beneficios
laborales que con la entrada en vigencia de la nueva Ley Orgánica del Trabajo premia
por igual a eficientes o ineficientes trabajadores.
Si luego de analizar
el costo de los productos o servicios y los costos asociados a su venta o
prestación, resulta que el impuesto generado por la “excesiva” ganancia que
ellos perciben no es cancelado de manera correcta al estado, las leyes
establecen las sanciones que corresponden, en caso contrario, no hay nada que
castigar.
En el mejor de los
casos, el gobierno debería estudiar el aumento en los porcentajes a pagar por
el impuesto sobre la renta pechando con un mayor porcentaje aquellas industrias
y comercios que considera obtienen “ganancias excesivas”, modificar las
deducciones y ofrecer incentivos fiscales a los que obtengan “ganancias
moderadas”, la Habilitante es una oportunidad perfecta para ello.
La demagogia, el
populismo, el generar odio hacia un sector determinado no puede ser la guía
para atacar la inflación y el desabastecimiento
Solo políticas serias
que generen confianza en el inversionista y en el comprador pueden frenar las
compras nerviosas y el desabastecimiento, bajarán las expectativas inflacionarias
y lo más importante, le saldrá al paso a actitudes vandálicas o desesperadas
El último trimestre
del año es la época donde el comercio aspira recuperar ventas perdidas durante
el año y cancelar compromisos laborales de sus trabajadores, en especial en
este año, el cual vivió momentos difíciles y de incertidumbre con la
desaparición física de nuestro presidente y las muy reñidas elecciones
consiguientes.
El precio será justo
cuando la inflación no sea un mal endémico y permanente en nuestra economía;
cuando el trabajador, con lo que percibe por su esfuerzo, tenga suficiente para
acceder de manera holgada a productos y servicios y no solo le alcance para
comida
El precio será justo cuando la oferta de
productos y servicios sea amplia, variada y constante; cuando se promueva la
libre competencia; cuando la moneda no
pierda valor cada día y cuando haya libre acceso y convertibilidad con divisas
extranjeras.
Esperamos, para el bien del país, que la
Habilitante sea el inicio de la corrección de todos estos desaciertos y podamos
todos disfrutar de un precio justo sin que sea injusto para quien oferte sus
productos y servicios.