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viernes, 6 de diciembre de 2013

¿Una Habilitante para lograr “el precio justo”?

La Habilitante puede ser la llave para desmontar los controles que atan la economía y crean escasez e inflación o para acentuar los controles que nos han traído inflación, escasez, desempleo y des inversión.
Quien vende, puede asumir que el precio justo es el que le proporciona la rentabilidad suficiente para recuperar lo invertido, cubrir costos de materia prima, mano de obra y operativos, cubrirse ante expectativas inflacionarias y hacer crecer su empresa.
Quien compra, puede asumir que el precio justo es hasta un 30% más del costo del producto sin importar otros costos.
Para el gobierno, el precio justo puede ser  aquel donde la diferencia del precio de un producto respecto al año anterior compagine con sus metas inflacionarias presupuestadas.
Ahora bien, ¿cómo legislar respecto al precio justo?
El Impuesto sobre la renta, grava la ganancia de las empresas, el gobierno debería avocarse a inspeccionar las declaraciones de renta de las empresas que considera venden “a precios exagerados” y verificar si la “excesiva”  renta que a su parecer obtienen los comerciantes, se traducen en pagos del impuesto correspondiente a tales ganancias, auditarlas, ver la incidencia en los costos y en el precio final de todas las contribuciones para-fiscales creadas estos 15 años, esto, sin obviar como ha impactado en el costo del producto o servicios el ausentismo y reposerismo crónico amparado en la inamovilidad laboral permanente que impide a trabajadores más motivados y productivos acceder al puesto que ocupa un vago, asi como incluir el costo del cumplimiento de los nuevos y justos beneficios laborales que con la entrada en vigencia de la nueva Ley Orgánica del Trabajo premia por igual a eficientes o ineficientes trabajadores.
Si luego de analizar el costo de los productos o servicios y los costos asociados a su venta o prestación, resulta que el impuesto generado por la “excesiva” ganancia que ellos perciben no es cancelado de manera correcta al estado, las leyes establecen las sanciones que corresponden, en caso contrario, no hay nada que castigar.
En el mejor de los casos, el gobierno debería estudiar el aumento en los porcentajes a pagar por el impuesto sobre la renta pechando con un mayor porcentaje aquellas industrias y comercios que considera obtienen “ganancias excesivas”, modificar las deducciones y ofrecer incentivos fiscales a los que obtengan “ganancias moderadas”, la Habilitante es una oportunidad perfecta para ello.
La demagogia, el populismo, el generar odio hacia un sector determinado no puede ser la guía para atacar la inflación y el desabastecimiento
Solo políticas serias que generen confianza en el inversionista y en el comprador pueden frenar las compras nerviosas y el desabastecimiento, bajarán las expectativas inflacionarias y lo más importante, le saldrá al paso a actitudes vandálicas o desesperadas
El último trimestre del año es la época donde el comercio aspira recuperar ventas perdidas durante el año y cancelar compromisos laborales de sus trabajadores, en especial en este año, el cual vivió momentos difíciles y de incertidumbre con la desaparición física de nuestro presidente y las muy reñidas elecciones consiguientes.
El precio será justo cuando la inflación no sea un mal endémico y permanente en nuestra economía; cuando el trabajador, con lo que percibe por su esfuerzo, tenga suficiente para acceder de manera holgada a productos y servicios y no solo le alcance para comida
 El precio será justo cuando la oferta de productos y servicios sea amplia, variada y constante; cuando se promueva la libre competencia;  cuando la moneda no pierda valor cada día y cuando haya libre acceso y convertibilidad con divisas extranjeras.
Esperamos, para el bien del país, que la Habilitante sea el inicio de la corrección de todos estos desaciertos y podamos todos disfrutar de un precio justo sin que sea injusto para quien oferte sus productos y servicios.

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